Impacto en la calle
Al mirarlos aparcados, ambos seducen por razones distintas: uno apuesta por una imagen moderna y resuelta, el otro por una silueta que ya se ha convertido en sinónimo de coche eléctrico contemporáneo. El Kia busca impresionar con frescura y detalles cuidadosos; el Tesla juega con una presencia más sobria y ya familiar para quien sigue la movilidad eléctrica. Esa primera impresión suele dictar la sonrisa del día a día, y cada uno ofrece su propia versión de orgullo de pertenencia.