Diseño y presencia: puro porte británico
El Range Rover Sport impone sin esfuerzo: líneas limpias, capó musculoso y una postura ancha que exige respeto en el semáforo y en el aparcamiento más exclusivo. Con casi 4,95 m de largo y más de 2,04 m de ancho, no pasa desapercibido y su silueta combina elegancia con músculo, suficiente para diferenciarlo de un SUV corriente. Los detalles como la parrilla sobria, los grupos ópticos afilados y las llantas grandes refuerzan el mensaje de lujo moderno sin estridencias. En conjunto transmite más sensación de limusina deportiva que de todoterreno clásico, aunque conserva capacidades fuera del asfalto.