De circuito a la calle
El Maserati GT2 Stradale entra en escena con silueta baja, hombros anchos y ese morro infinito que anuncia seriedad: 4.669 mm de largo, 1.965 mm de ancho y solo 1.222 mm de alto. La receta es clásica y efectiva: motor delantero, tracción trasera y un capó que parece tallado por el viento. Hay nervios aerodinámicos visibles y un porte que no necesita colores chillones para llamar la atención. Es un coupé que parece avanzar incluso cuando está parado.