Voyah se presenta como la alternativa premium de origen chino que mezcla diseño elegante y ambición tecnológica para quienes buscan presencia y confort sin estridencias. Sus modelos transmiten sensación de calidad y modernidad, una opción atractiva para quien quiere destacarse en la ciudad sin complicarse la vida.
Voyah llega con una imagen que busca lujo sin estridencias: superficies limpias, parrilla cerrada y detalles cromados que subrayan su aspiración premium; el modelo actual, el Free, acentúa esa presencia con una silueta SUV-coupé que no pasa desapercibida en la ciudad. Las proporciones quieren transmitir robustez y calma, con llantas grandes y ópticas afiladas que le dan un aire moderno sin recurrir a extravagancias. En la práctica se siente más cercano a un gran turismo de cinco plazas que a un SUV rudo, ideal para quien quiere presencia urbana con cierto empaque ejecutivo. El diseño exterior funciona como carta de presentación para un producto que compite con propuestas europeas y asiáticas en el segmento premium eléctrico.
El habitáculo apuesta por materiales suaves al tacto, inserciones en negro piano y superficies acolchadas que elevan la sensación de calidad; la pantalla central y el cuadro digital dominan el puesto de conducción con una estética minimalista. El ajuste de asientos, la iluminación ambiental y ayudas como climatizador bizona buscan confort de largo recorrido, mientras que el aislamiento acústico tiende a ser bueno salvo en situaciones de aceleración fuerte. La ergonomía está pensada para facilitar la vida diaria: mandos al alcance y menús visuales, aunque la curva de aprendizaje del sistema multimedia puede requerir tiempo. En general, transmite una sensación de coche caro sin recurrir a materiales extravagantes que compliquen el mantenimiento.
El Free ofrece espacio real en las plazas traseras para dos adultos y un tercero puntual, con respaldo relativamente vertical que favorece viajes largos; la sensación de amplitud es palpable gracias a una línea de techo que no cae excesivamente. El maletero es generoso para el segmento, suficiente para maletas y compras familiares, y en la práctica proporciona la versatilidad que exige el día a día urbano y los fines de semana fuera. Los respaldos abatibles y los huecos para objetos hacen que la carga y la organización sean sencillas, aunque el acceso al portón puede ser algo más alto que en berlinas tradicionales. Para familias pequeñas o usuarios con necesidades de carga moderadas, la capacidad y la modularidad resultan cómodas y fiables.
El comportamiento tiende al confort pero con una buena dosis de aplomo en curvas: la suspensión filtra irregularidades sin perder control y la dirección ofrece precisión suficiente para trazar la carretera con seguridad. Las versiones con doble motor entregan aceleraciones contundentes en torno a los 0–100 km/h en cifras de baja media que compiten con rivales deportivos del segmento, mientras que las variantes de un solo motor priorizan autonomía y suavidad. La respuesta en ciudad es fluida y progresiva, con recuperaciones rápidas cuando se necesita incorporarse al tráfico, y el modo de conducción adapta la dureza de la dirección y la respuesta del acelerador. En resumen, buen equilibrio entre comodidad para el día a día y dinamismo para quien disfrute conducir de vez en cuando.
Las versiones eléctricas montan baterías de gran capacidad (por encima de 75 kWh en las variantes más capaces) y anuncian autonomías orientativas que pueden situarse entre 450 y 600 km según el ciclo de homologación chino; en uso real conviene contar con cifras menores, más en la franja de 350–500 km dependiendo del ritmo y la climatología. El consumo real suele moverse entre unos 18–25 kWh/100 km según conducción, lo que implica que en trayectos mixtos la autonomía práctica es suficiente para la mayoría de desplazamientos diarios y escapadas de fin de semana. La carga rápida permite recuperar gran parte del rango en periodos cortos, y la gestión térmica y la refrigeración de la batería ayudan a mantener ritmos de carga elevados. Para quien planifica viajes, la autonomía y la red de carga condicionan la experiencia más que la potencia pura.
El paquete tecnológico incluye ayudas a la conducción de nivel avanzado (control de crucero adaptativo, asistencias de mantenimiento de carril y frenada autónoma) con funcionamiento sólido en autopista aunque sujeto a las habituales limitaciones en carreteras secundarias complejas. La integración de pantalla central y cuadro digital es moderna, con interfaces táctiles y actualizaciones OTA que mantienen el sistema al día; el ecosistema pretende ser intuitivo pero puede resultar denso al principio. Opciones como cámara de 360 grados, HUD y ajustes personalizados de conducción elevan la sensación de tecnología coherente con el precio. En conjunto, las ayudas y la conectividad están orientadas a compradores que valoran confort electrónico y seguridad activa sin buscar conducción totalmente autónoma.
Voyah apunta a compradores que desean una alternativa eléctrica premium con diseño sobrio, buena dotación y un compromiso entre confort y prestaciones; el Free encaja bien con familias pequeñas, profesionales que viajan por carretera y quienes buscan presencia ejecutiva sin llegar al lujo extremo. Es una opción adecuada si se valora interior moderno, autonomía práctica y tecnología de seguridad avanzada, siempre que la red de carga y el estilo de vida permitan aprovechar un eléctrico de gran tamaño. No es la elección ideal para quienes priorizan conducción deportiva extrema o buscan accesibilidad de costes por debajo del segmento premium. En la comparativa del mercado, ofrece una propuesta seria para quien exige versatilidad y empaque en un SUV eléctrico.
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