Modelos Aston Martin – configurar y comparar

Impacto a primera vista

Aston Martin marca la diferencia con un diseño que mezcla clasicismo y musculatura moderna: la parrilla ancha, largas proporciones y detalles escultóricos convierten cada modelo en una postal de lujo. En la gama actual aparecen nombres como DB12, DBS Superleggera Convertible, DBS Superleggera Coupe, DBX, Vanquish y Vantage, que mantienen la identidad estética pero con soluciones aerodinámicas y materiales ligeros. Los deportivos son dramáticos desde cualquier ángulo y el DBX aporta una presencia de SUV premium que no renuncia a la deportividad. El resultado es una arquitectura visual que comunica estatus y rendimiento antes de encender el motor.

Cabina: lujo que se siente

El interior apuesta por cuero fino, costuras visibles y detalles metálicos que dan sensación de ensamblaje cuidado; la ergonomía busca el balance entre deportividad y confort de GT. Las pantallas y la instrumentación digital se combinan con mandos físicos para no perder sensación de control, y la calidad percibida está por encima de la media en su segmento. Los asientos son envolventes en los coupés y más mullidos en los modelos gran turismo como el DB12 o DBS, ofreciendo viajes largos sin fatiga. La insonorización es buena en los GT y algo más directa en los deportivos para mantener sensaciones al volante.

Uso diario y maletero

En uso cotidiano la practicidad depende del modelo: los coupés ofrecen maleteros modestos —en torno a 200–350 litros— suficientes para maletas pequeñas, mientras que el DBX como SUV es la opción más versátil con espacio para cinco ocupantes y un maletero que ronda los 500–600 litros según configuración. Las plazas traseras en los deportivos suelen ser de emergencia o inexistentes, por lo que para familias la elección natural es el DBX. Pequeños detalles como compartimentos, accesos y sistemas de carga están bien resueltos pero no buscan la maximalista funcionalidad de un SUV generalista.

Cómo se conduce

La experiencia al volante va desde el refinamiento del gran turismo hasta la agresividad contenida del deportivo: chasis rígidos, reparto de pesos cuidado y suspensión con opciones adaptativas permiten un equilibrio entre confort y agarre. Los motores van desde V8 biturbo de alto rendimiento hasta V12 en las soluciones más radicales, con potencias que oscilan habitualmente entre 500 y más de 700 CV; los 0–100 km/h en las versiones más rápidas se sitúan alrededor de los 3,2–3,8 segundos. La dirección es precisa y la respuesta del conjunto transmite seguridad a ritmo alto, aunque el peso y tamaño del DBX recuerdan que sigue siendo un SUV. En pistas reviradas los Vantage y los coupés compactos se muestran más vivaces, mientras que DB12 y DBS son mejores en tramos rápidos y viajes largos.

Consumos y autonomía real

Los Aston Martin no son líderes en eficiencia: los V8 y V12 suelen moverse entre 10 y 16 L/100 km en uso mixto, y en conducción deportiva esos números pueden subir con facilidad. Para quien prioriza sensaciones y prestaciones, el consumo se percibe como coste necesario; el DBX, por su volumen y potencia, está en la franja alta de consumo entre SUVs premium. La electrificación está en la hoja de ruta de la marca, pero la oferta actual sigue dominada por motores térmicos de alto rendimiento, por lo que la autonomía y economía deben valorarse en función del uso previsto. Para trayectos diarios urbanos y atascos, estos coches devoran combustible más que un compacto medio.

Pantallas, asistentes y conectividad

La tecnología a bordo ha avanzado y ofrece sistemas modernos de infoentretenimiento con Apple CarPlay/Android Auto y pantallas táctiles de tamaño competitivo, aunque la interfaz prioriza la elegancia más que la complejidad. Los asistentes a la conducción incluyen control de crucero adaptativo, ayuda de mantenimiento de carril y cámara 360º en muchas versiones, con un paquete de seguridad que cumple las expectativas del segmento. La integración entre lo digital y lo analógico mantiene mandos físicos para control rápido en conducción dinámica, lo que agrada a quienes valoran la usabilidad en carretera. En conjunto, la electrónica acompaña las prestaciones sin adueñarse del carácter del coche.

¿A quién le conviene?

Aston Martin es para quien busca exclusividad, estilo y una experiencia de conducción con sabor clásico y altas prestaciones, más que la máxima practicidad o economía. Es una opción lógica para compradores que valoran imagen y sensaciones: propietarios de GT que viajan largas distancias, coleccionistas o conductores que desean un deportivo con presencia única. Para familias que necesitan máxima versatilidad o para quienes la eficiencia es la prioridad, existen alternativas más racionales; para quien desea combinar lujo y rendimiento con una puesta en escena distinta, Aston ofrece propuestas difíciles de replicar. El coste de compra y mantenimiento sitúa a la marca en la gama alta, por lo que la decisión suele basarse en emoción y exclusividad tanto como en cifras.