Diseño y presencia
El Peugeot 3008 mantiene esa mezcla entre SUV y coupé urbano que le dio identidad desde su primera generación, con una silueta de 4,54 m que parece más compacta gracias a sus hombros anchos y techo inclinado. Los detalles como la parrilla tridimensional y los faros delanteros afilados le dan presencia en carretera sin recurrir a trucos exagerados. En la práctica eso se traduce en una imagen moderna que funciona igual para subir a la montaña que para aparcar en el centro. La sensación general es de un coche pensado para gustar sin gritar, perfecto si la estética cuenta pero se quiere algo versátil.