Primera impresión: elegante sin alardes
El Skoda Superb Combi luce una presencia que apuesta por la discreción ejecutiva: líneas limpias, perfil largo y una postura que recuerda a familiar serio más que a deportivo ostentoso, con una longitud de 4.902 mm que lo hace dominador en la carretera. La gama cubre desde motores diésel y gasolina hasta soluciones mild-hybrid y un enchufable iV, ofreciendo versiones con potencias que van hasta 265 CV y unidades PHEV de 204 CV con autonomía eléctrica declarada. Los acabados exteriores son sobrios pero bien rematados y las ópticas LED le dan un toque moderno sin exagerar. En conjunto transmite más confianza práctica que pasión estética, ideal para quien prioriza sentido común sobre llamativos adornos.