Llegada al garaje
La primera impresión habla antes de arrancar: el Kia Sportage entra con una presencia más rotunda y detalles que buscan llamar la atención, mientras que el Volvo XC40 apuesta por la sencillez escandinava y una elegancia contenida. Ambos compiten por miradas, pero lo hacen con personalidades distintas: uno más extrovertido y otro más sobrio y premium. Esa diferencia marca ya las expectativas del conductor antes de ponerlo en marcha.