Choque de personalidades
Al mirar ambos, se percibe que no comparten el mismo temperamento: uno apuesta por líneas agresivas y un carácter rompedor, el otro por una elegancia serena y presencia aristocrática. El contraste no es solo estético, sino una declaración de intenciones sobre a quién quiere seducir cada uno. Ambos logran destacar en el tráfico, pero hablan a públicos distintos: quien busca llamar la atención y quien prefiere imponer calma con autoridad.