Primera impresión en la calle
En el primer vistazo el Mazda CX-60 entra con aire de coupé sobrio y una sensación de mayor refinamiento, mientras que el Toyota RAV4 transmite robustez y sentido práctico desde el primer paso. Ambos generan buena presencia, pero con intenciones diferentes: uno busca seducir por estilo y calidad percibida, el otro por seguridad y confianza cotidiana. Esa primera lección ya apunta al tipo de comprador que cada uno atrae.